María Elvira,
En primer lugar quiero agradecer la oportunidad que me dio la vida al permitirme conocer y tomar los cursos de Ángeles. Te envío esto hasta hoy porque Ellos me han indicado que te escriba.
Podría describir una buena cantidad de eventos con “indudable participación angelical” pero quiero compartir el que hasta hoy continúa siendo el más impactante de lejos.
Durante los seminarios tenía inquietud sobre mis relaciones de pareja y pedí de muchas maneras señales y el momento perfecto para encontrar a mi compañero de vida. Tiempo después de haber tomado el Nivel 3 de Ángeles viajé a San Andrés para pasar Semana Santa con una amiga y en algún momento de ese viaje recibí un mensaje “de la nada” diciéndome que yo iba a encontrar a esa persona en San Andrés así que tenía que seguir yendo allí. Vale la pena aclarar que hacía casi 15 años no visitaba este hermoso lugar y que en general soy una persona tremendamente introvertida así que podría pasar un mes en sitio sin entablar amistades……aún así tomé el riesgo y para resumir la historia fui tres veces más durante el mismo año, esta vez sola porque de repente mi amiga con quien siempre viajaba literalmente “desapareció”….nada sucedió hasta ese momento.
Iniciando el año siguiente viajé de nuevo por una semana y estando en una playa muy tranquila presenté mis dudas a los alados porque hasta la fecha no había tenido el menor asomo de su mensaje….y en menos de 5 minutos volaron sobre mí dos libélulas entrelazadas.
Al día siguiente por mal tiempo cancelaron un tour que había reservado y no teniendo mayores alternativas regresé a mi hotel y aunque era temprano decidí entrar al restaurante para almorzar….el restaurante estaba desierto –lógico por la hora- y de repente entró un hombre al lugar, también para almorzar…..muy lindo, perfecto !! De nuevo la introvertida de esta historia no articuló palabra, cada uno conservó su mesa, nos miramos un par de veces y después de un rato salí hacia mi habitación…..sabiendo que era ÉL pero que había sido incapaz de dar un paso para conocerlo…..algo me empujó entonces me arreglé rápidamente y salí de nuevo pero ya no lo vi en el lobby entonces con algo de resignación comencé a dar una caminata y ahí iba él, algo así como 100 metros adelante…..el corazón me comenzó a saltar como loco y de nuevo ellos hicieron su parte….él se detuvo y giró….me esperó y cuando llegué a donde él estaba solo dijo: espero que puedas hablar inglés porque me gustaría charlar contigo…..de eso han pasado algo más de 4 años, hoy es mi esposo y vivimos una linda relación en su país…..es lo que bien podría llamarse “un cuento de Ángeles”.
Gracias por ayudarme a abrir caminos María Elvira ! Un abrazo
Testimonio
20 julio, 2019